En Dios
El único y verdadero Dios, creador y sustentador de todas las cosas. No hay más que un Dios vivo, perfecto en todos sus atributos. Un Dios que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, claramente distinguidos y en una unidad perfecta. Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, cada persona de la deidad es plenamente Dios y hay sólo un Dios.
Dios es eterno, infinito, y soberano.
Dios es omnisciente, omnipresente, omnipotente, e inmutable.
Dios es santo, justo y recto.
Dios es amor, compasivo, misericordioso, y bondadoso.
Dt. 6:4; Mr. 12:29; Gn. 1:1; Neh. 9:6; Ap. 4:11; Jer. 10:10; Sal. 42:2; Mat. 5:48; Stg. 1:17; Sal. 110:1;
Mt. 22:41-46; Mt. 28:19; Lc. 3:21-22; Jn. 1:18; Jn. 15:26; Jn. 17:11-26; Zc. 14:9; Apo. 15:3; 2 Co. 13:14.
Sal 90:2; 1Tim 1:17; Sal 93:1; Sal 139:1-6; 139:7-13; Ap 19:6; Mal 3:6
Is 6:3; Deut 32:4; Sal 25:8; 1Jn 4:8; Ef 2:7; 1Ped 1:3; Tit 3:4
En la Biblia
Como la Palabra inspirada de Dios, en su canon completo de 66 libros; 39 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. Revelada al hombre para salvación del alma. Su mensaje central es el amor de Dios hacia el hombre pecador, mostrándole su necesidad de redención y señalando el único camino de salvación, que es Jesús. Por ser Palabra de Dios, es perfecta, viva e infalible, contiene sabiduría de lo alto, superior a cualquier razonamiento humano. Por lo tanto, es la única regla de fe y conducta para la vida del cristiano.
2 Tim. 3:15-17; 2 Pe. 1:20-21; Jn. 3:17-18; Jn. 5:37-39; Jn 14:6; Mt. 5:18; Sal. 19:7; Heb. 4:12-13.
En la deidad del Señor Jesucristo
Jesucristo es Dios, no es un ser creado, es eterno.
Jn.1:1; Mt.14:33; Col.1:16-17; Heb. 13:8; Jn. 1:14; Ro. 9:5; Fil. 2:5-7; 1 Tim. 3:16; 1 Jn. 5:20.
En que el Verbo de Dios (Jesús) se hizo carne
Jesús es Dios encarnado, Dios en forma humana, la imagen misma del Padre, quien sin dejar de ser Dios, se hizo hombre para poder revelar a Dios y proporcionar los medios de la salvación para la humanidad.
Él es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre.
Creemos en su nacimiento virginal, en su vida sin pecado, en sus milagros, en su muerte vicaria y expiatoria mediante el derramamiento de su sangre en la cruz, en su resurrección corporal, en su ascensión a la diestra del Padre, y en su retorno en poder y gloria.
Jn. 1:1-14; Heb. 1:3; Fil. 2:5-11; 2 Co. 5:19; Col. 2:9; 1 Tim. 2:5; Mt. 1:23; Lc. 1:30-35; 1 Pe. 2:22; Heb. 7:26; Heb. 4:15; Hch. 2:22,
Hch. 10:38; 1 Co. 15:3; 1 Pe. 1:18-20; 1 Pe. 3:18; Mt. 28:6; Lc. 24:39; 1 Co. 15:4; Hch. 1:9-11, Hch. 2:33; Hch. 1:11; Mt. 24:30.
En el ministerio actual del Espíritu Santo
Creemos en la deidad y personalidad del Espíritu Santo . Él regenera a los pecadores y mora en los creyentes. Él es el agente mediante el cual Cristo bautiza a todos los creyentes en Su cuerpo . Él es el sello mediante el cual, el Padre garantiza la salvación de los
creyentes hasta el día de la redención Él es el divino Maestro que ilumina el corazón y la mente de los creyentes mientras estudian la Palabra de Dios.
Reviste de poder a la iglesia para testificar de Jesús.
Tit. 3:5; 1 Co.12:12-14; Ef. 1:13-14, 4:30
1 Co. 2:9-12; Jn. 14:26; Mt. 11:25-27; Hch 5:3-4; Ro. 8:9
Hch.1:8; Lc.12:11-12; 1 Co. 12:1-11; Ro. 8:26.
En que todos han pecado y por eso están destituidos de la gloria de Dios
Absolutamente todo ser humano necesita la salvación, ya que todos los hombres en todo lugar, están perdidos y van a la condenación eterna. Jesucristo es el único camino para la salvación del hombre perdido y pecador.
Ro. 3:10-18, 23; Ro. 1:21-32; Is. 53:6; Gn. 3; Ef. 2:1.
En la salvación del hombre por gracia, por medio de la fe en Jesús y no por obras
El amor de Dios se ha manifestado a todos los hombres. El hombre puede obtener el perdón de sus pecados si acepta a Jesucristo como su Salvador personal, arrepintiéndose de todas sus transgresiones.
Jn. 3:16-18; Lc. 19:10; 1 Tim. 1:15; Ef. 2:5-9; Mr. 1:15; Ro. 10:9-10; 2 Co. 5:17; Ef. 4:22-24; Gá.5:16-25, Gá. 2:16.
En la justificación, la regeneración y el nuevo nacimiento
Se efectúan por la fe en Jesucristo.
Ro. 5:1; 1 Co. 6:11; Gá. 2:16; Ro. 3:24-25; Tit.3:4-6; Jn. 3:3-5; Stg.1:18; 1 Pe. 1:3-4; 1 Jn. 5:1; Jn. 1:11-13.
En los dones del Espíritu Santo
Dios ha dado dones espirituales a los creyentes capacitándolos para una vida piadosa y de servicio, llamándolos a hacer un buen uso de los mismos para edificación de la iglesia.
Es en las asambleas locales donde los creyentes ejercen sus dones para beneficio de otros miembros del cuerpo.
1 Co. 12:1-11; 1 Pe. 4: 10-11; Ro. 12:3-13.
En la Iglesia
Que está formada por todos los redimidos por la sangre de Jesucristo de todas partes del mundo, siendo Él la cabeza. En la unidad espiritual en el Señor Jesucristo, todos los verdaderos creyentes son miembros de su cuerpo: la iglesia. Y que los miembros del Cuerpo Espiritual son mandados a unirse en las asambleas locales. Fomentando la comunión con las congregaciones que profesan la misma fe.
Hch. 20:28; 1 Pe. 2:9-10; 1 Pe. 1:18-20; Ef. 1:22-23; Ef. 5:23; Col. 1:18; Ef. 2:19-22; 1 Co. 12:27; Mt. 16:18; Ef. 4:11-13; Heb. 12:23.
En la santidad
Como norma de vida de Dios, para su pueblo.
1 Pe. 1:15-17; Ef. 4:20-32; 1 Ts. 4:3; 1 Ts. 5:23; Heb. 12:14; Sal. 24:3-5.
En la gran comisión
La iglesia tiene la responsabilidad de anunciar el mensaje de salvación a toda criatura.
Mt. 28:18-20; Mr. 16:15; Ro. 10:14-15; 2 Co.5:18-20; Jn. 17:18-20.
En el bautismo en agua
Una ordenanza de nuestro Señor Jesucristo. Se realiza por inmersión en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, es un símbolo de muerte y resurrección. Es un acto público de nuestra entrega a Cristo.
Mt. 28:19; Mr. 16:16; Hch. 2:38.
En la Mesa del Señor
Una ordenanza de nuestro Señor Jesucristo. Memorial del sufrimiento y muerte de Cristo. Es una profecía de su segunda venida. Por tanto, es un medio de comunión para todos los creyentes “hasta que él venga”.
Mt. 26:26-28; Jn. 6:53-56; Lc. 22:19-20; 1 Jn. 1:7; 1 Co. 11:24-31
Las Cosas por Venir
Creemos en la bendita esperanza, la venida personal e inminente del Señor Jesucristo para arrebatar a Sus santos.
Creemos En el regreso visible y corporal de Cristo a la tierra con Sus santos para establecer
su prometido reino milenial.
Es imprudente fijar alguna fecha para el regreso de nuestro Señor Jesús ya sea con base en profecías, visiones o análisis personales.
Creemos en la resurrección física de todos los hombres – los santos para el eterno gozo y felicidad en la Nueva Tierra y los impíos para el tormento eterno del lago de fuego
Creemos que las almas de los redimidos, al morir, están ausentes del cuerpo y presentes al Señor, donde aguardan su resurrección, cuando el espíritu, el alma y el cuerpo sean reunidos para ser glorificados para siempre con el Señor . Creemos que las almas de los incrédulos, después de la muerte, permanecen en una miseria consciente, hasta su resurrección cuando, con alma y cuerpo reunidos, se presentarán delante del juicio del Gran Trono Blanco, y serán echados al Lago de Fuego para sufrir el castigo eterno
Tit. 2:13; 1 Tes. 4:13-18; Zac. 14:4-11; 1 Tes. 1:10; Ap. 3:10; 19:11-16; 20:1-6; Mt. 24:36; Hch. 1:6-7; 2 Ts. 2:1-4.
Mt. 25:46; Jn 5:28-29; Ap. 20:5-6, 12-13.
Mt. 25:41-46; Mc. 9:43-48; Lc. 16:19-26; 2 Ts. 1:7-9; Ap. 20:11-15